¿Alguien se imagina morir en la más absoluta pobreza, aun siendo millonaria? Pues bien, esto es lo que le sucedió a Cathy Boone, quien murió en un albergue para indigentes sin saber que tenía una herencia millonaria.
Casi 900 mil dólares era la suma que le pertenecía y ella era desconocedora de todo eso. A pesar de que la Justicia la estaba buscando para entregarle su cuantiosa cantidad económica, Cathy murió en Oregon sin saber que su madre le había dejado una importante herencia.
¿Cuándo y cómo murió Boone?
El 13 de enero de 2020, Cathy se encontró con severos problemas respiratorios en la calle y en la más absoluta indigencia. Sin embargo, no logró sobrevivir, a pesar de la rapidez con la que una ambulancia llegó en su ayuda.
Aunque siempre se hable de que el dinero no da la felicidad, esa herencia podría haber dado un giro radical a su vida, puesto que la podría haber invertido en tratar sus problemas de salud mental y drogadicciones.
A pesar de buscarla sin cesar, nunca se logró contactar con Cathy
Después de la muerte de su madre, un abogado intentó localizar a Cathy sin suerte. Esta búsqueda se llevó a cabo a través de anuncios en periódicos locales, mensajes en redes sociales y correos electrónicos a la familia. También intentaron llamarla por teléfono, aunque nadie atendió la llamada. Además, hubo un investigador privado que tampoco logró dar con el paradero de Boone.
También hay rumores sobre si Boone era conocedora de esa fortuna que debía recibir o si entendió el proceso para conseguirla. Según su padre, no creía que ella se acercaría a por la herencia por su cuenta, pero había suficientes personas que podrían haberle brindado algo de ayuda. Sin embargo, esto nunca sucedió.
Cathy intensificó sus adicciones a las drogas y problemas mentales, tras el fallecimiento de su madre
Durante toda su vida, Cathy sufrió adicciones a las drogas y arrastró problemas de salud mental. En 2016, Patricia Lupton, la madre de Cathy, falleció. Hasta ese momento, madre e hija vivían juntas. Esto desató en su hija una severa drogadicción, según confirmó su padre Jack Spithill. El resto de familiares también perdieron por completo el contacto con ella.
Toda esta situación intensificó la vulnerabilidad de Boone, lo que provocó que acabase residiendo sola en un albergue. A pesar de los intentos, nadie pudo contactar con ella durante años.
Su padre se lamentó por no haber sido capaz de ayudarla, cuando ella lo necesitaba
Su padre, Spithil, se separó de su madre cuando Catherine (que era como la llamaron realmente) era niña. A pesar de que este se mudó de estado, siempre trató de mantenerse unido y en contacto con su hija. Spithill tenía la sensación de haber abandonado a su hija, porque desconocía la gravedad de sus adicciones. Tampoco pudo reconocer nunca los problemas de salud mental que su hija arrastraba. Según afirmó, se dio por vencido con ella, debido a las drogas, y no debería haberlo hecho.
Además, su padre también se lamentó porque ni el sistema judicial, ni la Policía, ni ningún organismo gubernamental intervino para que Catherine pudiera rehacer su vida, en lugar de agravarla. Spithill, que piensa que tiene que haber más gente como su hija, cree que el sistema no está preparado para ayudar a estas personas, aun contando con fortunas. Sin embargo, Claudia Ciobanu, del Departamento de Tierras de Oregón, aseguró que “no hay mucho más que el estado pueda hacer” y definió esta situación como un “caso único”.
¿Y qué pasó finalmente con la herencia?
En 2019 un juez del condado de Clatsop pidió que se enviase la herencia al Departamento de Tierras del Estado. Este Departamento es el encargado de administrar el dinero no reclamado, cuando no se encuentran a los herederos o estos rechazan el pago.
En octubre del 2020, el representante personal del patrimonio de Cathy Boone recibió el dinero y se está intentando identificar a todas las personas sobre las que deba recaer esta fortuna hereditaria.
La historia conmovió a todos y se hizo viral
Esta historia conmovió al mundo entero y fue viral en redes sociales al descubrirse. En la actualidad, muchas personas siguen hablando de Catherine y su herencia.
Pese a que ya no existe solución, son muchos los que se replantean qué hubiera sucedido si Catherine hubiera recibido la herencia y si esta hubiera sido la salvación para sus problemas. Porque, aunque el dinero no siempre da la felicidad, en este caso, esos miles de dólares hubieran servido de ayuda para superar o rebajar sus adicciones y problemas mentales.
A pesar de todo, esta historia es una muestra más de la necesidad de concienciación que se debe hacer sobre las adicciones y las enfermedades mentales.