Vamos a hacer uso de tu imaginación, ¿preparado?
Supongamos que existe una persona llamada Juan, la cual nunca ha salido de su país de origen. No conoce otras cosas ni otros pensamientos que los que le han enseñado durante toda su vida. En su país, sólo hay coches de una sola marca y su religión es católica.
Dado que Juan no conoce otras religiones ni otras marcas de coches, él cree que en todo el mundo sucede lo mismo. Esto se debe a que las creencias que nosotros tenemos sobre el mundo son personales y no aplican para todos de la misma manera. Juan entiende el mundo con el sesgo de sus creencias. Si un día sale de su país, se dará cuenta que la realidad del mundo no radica solo en lo que uno cree.
Juan puede cometer muchos errores si hace todas sus decisiones basándose en sus creencias; desde pésimas relaciones con otras personas, desinformación e incluso perder dinero apostando.
En el siguiente artículo te vamos a describir los errores más comunes a la hora de apostar y cómo evitar que apuestes como lo hace Juan.
No te lo creas: usa el pensamiento crítico
El primer paso para que Juan pueda mejorar la calidad de sus apuestas es aprender a hacer uso del pensamiento crítico. En términos generales, el pensamiento crítico se define como una actividad reflexiva en la que se hace un análisis con un fin determinado. Por ejemplo, si Juan aplica el pensamiento crítico, podría re-pensar sus creencias y dudar de ellas con el fin de llegar a conclusiones diferentes.
Cuando Juan apuesta, lo hace con base a su entendimiento de un determinado juego. Sin embargo, el pensamiento crítico analiza esas creencias, produce otras e incluso puede llevar a Juan a que pruebe una estrategia que no tenga nada que ver con lo que él cree. Por lo tanto, el uso del pensamiento crítico puede ayudarnos a encontrar errores que parecen verdad, pero no lo son.
Mano caliente
En el mundo de las apuestas, cuando alguien tiene la mano caliente significa que lleva una buena racha ganando. Juegos como los tragamonedas, casinos virtuales, ruleta, bingo, etc., tienen un diseño que arroja resultados que son completamente azarosos; lo que quiere decir que un resultado no influye de ninguna manera en el siguiente.
El error está en creer que solamente porque llevas una buena racha, vas a seguir ganando o que ciertos números tienen más suerte que otros.
Para evitar esto tienes que analizar tu estrategia y modificarla de acuerdo a tus resultados, pero sin dejar de tener en mente que todo se rige por el azar. Un resultado ganador no tiene nada que ver con la posibilidad de volver a ganar.
Monte Carlo
Monte Carlo es el nombre de un famoso casino en Mónaco, pero también de uno de los errores más comunes cuando se apuesta.
De nuevo, la equivocación tiene que ver con la comprensión de eventos azarosos. Supongamos que Juan ha visto que la pelota de la ruleta ha estado cayendo sucesivamente en los números pintados de rojo. Entonces, decide apostar al color negro puesto que, como no ha salido, Juan piensa que tiene que salir pronto.
Es decir, Juan apuesta por el resultado contrario porque cree que en algún punto se tienen que balancear; no puede caer la pelota de la ruleta siempre en el rojo.
Para evitar el error Monte Carlo, es necesario quitarse de la cabeza esta idea de balance. Si salen solamente números rojos en la ruleta o una máquina tragamonedas acaba de pagar, no significa absolutamente nada. Se tiene que tomar el riesgo de apostar al rojo o jugar en la misma máquina, siempre analizando qué estrategia te ha funcionado mejor.
Ilusión de control
Juan ganó hace unos días un premio grande en una máquina tragamonedas. Al momento de ganar, llevaba puesto un sombrero café, una pata de conejo de la suerte, tenía una refresco de cereza en la mesa de junto y comió ensalada.
Lo que sucede es que Juan relaciona dichos objetos o situaciones con el resultado de la máquina tragamonedas. Esto crea la ilusión de control sobre los resultados, a pesar de que sean completamente aleatorios. Por ello Juan va a repetir la escena, con todos los objetos, creyendo que va a influir en el resultado.
La manera más sencilla de esto es comprender que el azar no tiene control. Nuestras acciones individuales no modifican ningún resultado, ni tampoco nuestras supersticiones. En ese sentido, Juan podría ganar de la misma manera sin necesidad de usar amuletos.
La decisión final de apostar a cualquier número o jugar cierta máquina tragamonedas queda en uno mismo; el azar determina el resultado, pero no tu estrategia. Usa el pensamiento crítico, observa tus resultados y elige el método que mejor te acomode. Aplica tu nueva sabiduría en todos los juegos que Trillonario te ofrece a través de su Casino Online para que no vuelvas cometer los mismos errores una y otra vez.