Ganar la lotería es el sueño de muchos de nosotros… Pensamos que la vida luego de ganar un premio millonario será perfecta, ¿verdad? Sin preocupaciones por el dinero, sin necesidad de trabajar… El único estrés será decidir si pasar la Navidad en el Caribe o en Cancún…
Pues bien, como este perdedor de lotería probará a continuación, no es todo tan simple.
Michael Carroll, Inglaterra
Conocido como el «Patán de la Lotería», Michael ganó £9.7 millones en 2002 cuando tenía 19 años. Pero entró en bancarrota tan solo ocho años después de ganar el premio. Informal y desprolijo, este británico con antecedentes penales por delitos menores gastó todo su dinero de la forma más opulenta.
Cocaína, prostitutas, fiestas sin fin, cadenas de oro, tatuajes vulgares, choques de automóviles en el jardín de su casa de campo… Y una inversión poco inteligente en el club de fútbol escocés Glasgow Rangers.
Cuando se le preguntó acerca de las prostitutas, Carroll respondió «Me he acostado con más de 4000 mujeres. Una vez me acosté con más de VEINTE chicas en un solo día, con un amigo en Amsterdam.»
El generoso gigante no gastó toda la plata en sí mismo y aclaró «Tengo £4 millones para familia y amigos – pero algunos lo sentían insuficiente y querían más. Otros, que supuestamente no querían dinero, dejaron de hablarme repentinamente. También recibí cientos de miles de cartas de desconocidos suplicando ayuda.»
En 2010, Carroll ya había perdido todo su dinero y tuvo que vender su mansión a un terrible precio, pero dijo: «La gente siempre me pregunta qué se siente perder £9 millones… Yo siempre les respondo ‘¡no los perdí, LOS GASTÉ!'».
En su espiral de caída fue enviado dos veces a la cárcel, se divorció e incluso se quedó sin hogar… Pero ese no es el final de la historia.
Después de todo su derroche, en 2013 Carroll eventualmente encontró una nueva carrera trabajando en una fábrica de bizcochos por £6 la hora. A su favor, aún se encuentra trabajando y recientemente, a sus 36 años de edad, encontró un nuevo trabajo entregando bolsas de carbón por £10 la hora en Escocia. No tiene un carro, no tiene una casa, pero asegura que disfruta de su tranquila vida.
Carroll realmente parece haber encontrado un estilo de vida más feliz, y recientemente dijo que «la vida no se trata solamente de dinero. Suena loco, pero jamás había estado tan feliz como cuando regresé al trabajo. Entrar en bancarrota es lo mejor que me ha podido pasar y, créeme, me lo pasé genial.»